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Tuberculosis
Estado actual de la tuberculosis I y II.
Balboa F et al.
Acta Pediatr Esp 2005; 63: 406-412.
Acta Pediatr Esp 2005; 63: 457-464.
RESUMEN
Los autores realizan una detallada revisión sobre la enfermedad tuberculosa en niños. El artículo está estructurado en dos partes. La primera, fundamentalmente, es una descripción de las principales formas clínicas de la infección en niños: primoinfección, tuberculosis pulmonar primaria, derrame pleural tuberculoso y diseminación linfohematógena. En la segunda realizan un repaso a los métodos diagnósticos en la edad pediátrica, remarcando que el diagnóstico microbiológico sigue siendo dificultoso y como en la práctica diaria se suele realizar un diagnóstico de sospecha basado en premisas (OMS), sin embargo, los autores siguen considerando la importancia del diagnóstico microbiológico sobre todo por la realización de pruebas de sensibilidad a los fármacos. Respecto al tratamiento aportan datos españoles de resistencias en niños, así como, el protocolo de seguimiento de los niños en tratamiento con tuberculostáticos. Además dedican un amplio apartado a la reacción tuberculínica (los métodos serológicos parecen no contar mucho en la práctica). Terminan con algunos comentarios sobre prevención y vacunación.
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COMENTARIO
Artículo clásico de revisión, que nos da una visión sobre la enfermedad tuberculosa en niños que puede ser útil, sobre todo, por el repaso clínico de la enfermedad que contiene.
Hay una serie de características que hacen la tuberculosis en niños distinta a la del adulto:
(i). La presentación clínica: la mayoría de los niños con infección por M. tuberculosis tienen una infección silente, sin signos, síntomas o anormalidades radiográficas, aunque la probabilidad de desarrollo de sintomatología depende de la edad. Dos escenarios conducen al clínico a considerar que un niños padece una tuberculosis: el primero cuando la tuberculosis se considera en el diagnóstico diferencial de un niño enfermo, escenario común en países poco desarrollados, el segundo (mas común en nuestro medio) cuando se evalúa a un niño que ha tenido contacto significativo con un adulto con tuberculosis, estos niños generalmente están asintomáticos.
(ii). La baja carga bacteriana, trabajamos con muestras paubacilares. Establecer el diagnóstico de TBC en niños puede ser un desafío. Mycobacterium tuberculosis se detecta en menos del 50% de los niños con tuberculosis.
(iii). Muchos de los métodos diagnósticos que se emplean están validados para adultos pero no en niños (es una cosa que no debemos olvidar). Por ejemplo, no se aconseja emplear técnicas de amplificación de ácidos nucleicos en aspirados gástricos o que en casos de usarlas (placas de tórax sugestivas) sólo los sistemas basados en ADN han sido evaluados en estudios pediátricos.
Artículos como éste siempre son interesantes y aunque no aporta grandes novedades, la revisión clínica y el abordaje diagnóstico y de seguimiento lo convierte en un buen material de formación continuada.
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